martes, 15 de febrero de 2011

San Valentín


Vuelvo en el auto después de un día normal. Pensando. Mirando por la ventana. Pensando en él. En que estará haciendo la persona con la que voy a pasar muchos días como este. Pensando en todo. Reemplazandolo con amigas. Ni él ni ellas son menos; pero hoy, este día es para ellas. Luces. Rojas, blancas, verdes. Me despisto. Mi papá desvía mi pensamiento con un "¿Tenés sueño?". No papá, pienso. Sólo pienso. Pienso que tan distinto sería tenerlo conmigo. Compartir esto con él. ¿Dónde estará?. ¿Llegará pronto?. ¿Volverá?. Miles de preguntas. Ninguna respuesta. El tiempo pasa rápido para algunas cosas. Pero lo bueno se hace desear, tarda. ¿Esperarte o buscarte?. Vas a venir, lo sé. Espero que rápido, no sé cuanto más voy a poder estar sin vos. Para mi no es un día más. Hoy te pienso. Hoy más que nunca te necesito. Pero fue otro San Valentín celebrando el amor a la familia, el amor a los amigos, el amor a la vida... Quizá el último dedicado a eso, quizá uno de los muchos que quedan por delante. No se sabe. Vivo el hoy y ahora. Mañana será otro día. Pero espero que por lo menos hayas pensado en mi. Un segundo. Que mi nombre haya cruzado por tu cabeza. Que mientras yo miraba la luna, vos la estuvieras mirando también. Que mi recuerdo te haya robado un suspiro. Que este San Valentín hayas querido mirarme a los ojos, solo una vez.
Verona.