Sentí el frio viento rozar con mi rostro cuando desperté, sin siquiera poder abrir los ojos. Había olvidado todo, solo sabía que estaba recostada sobre la tibia arena y el sonido de las olas chocar unas con otras era la unica señal de vida que encontré alli. Había un gran vacio dentro de mi, pero todavia escuchaba mi corazón latir al compás de una canción sin melodía. En mis párpados cerrados se reflejaba el claro color del sol, que desapareció pronto cuando supuse que una nube se habia posado enfrente de el y me privaba de sentir su suave calor en mi cara. Sin fuerzas y con calma, logré entreabrir los ojos para percibir la tormenta. Me sorprendió ver que había estado confundida cuando pude ver sus ojos color café fijos en los mios, su cabello despeinado por el viento y su hermosa figura, que logre reconocer a pesar de mi desoriento. Estiraba su mano con una sonrisa en su cara, al tiempo en que pronunciaba con su dulce voz... "Aquí estoy, no te defraudaré. Cuando no sepas cual camino elegir, juntos encontraremos el correcto. No lo dudes, estaré aquí por siempre a tu lado... lo estaré hasta el fin de nuestras vidas".
Verona.
